Actividad 3: La hora
del cuento
Introducción
El cuento es una de las bases para el desarrollo intelectual.
Al contarles una historia podemos lograr que entiendan las cosas con más
rapidez, que su cerebro trabaje con más certeza, se estimule su memoria y sus
ganas de expresarse.
¿Os habéis fijado como los niños aprecian que les contemos un
cuento en cualquier momento del día? Les encantan los cuentos porque es una
forma ideal de aprender. Si miramos atrás en el tiempo, podemos apreciar el
gran valor que tenían los cuentos y las historias populares para transmitir
conocimiento y enseñanzas vitales para sobrevivir y desenvolverse en sociedad.
Nuestro cerebro es social y aprende más fácilmente a cuando interactúa con
otras personas. Además, las metáforas, son una fórmula fabulosa para generar
nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro que se irán consolidando poco.
Los cuentos infantiles son una buena forma de crear un lazo
de unión con los niños, fomentar su imaginación y su creatividad, ahuyentar los
temores y en muchos casos hacerles sentir más valientes al inspirarse en sus
personajes favoritos.
Lo ideal es contar cuentos antes de irse a dormir, pues es el
momento en el que la mente subconsciente toma el mando y da rienda suelta a su
imaginación. Lo primero con lo que soñamos es lo último en lo que pensamos. Por
eso, si contamos un cuento a nuestros hijos antes de irse a la cama, les
estamos ayudando a aprender mientras duermen.
El momento de contar o escuchar el cuento es bueno, pero las
actividades que podemos hacer con nuestros alumnos una vez terminado el relato
son asombrosas. Se pueden hacer diferentes actividades creativas como inventar
otros cuentos con los mismos personajes, introducir algunos nuevos y
describirlos, buscar finales diferentes, o continuar con el cuento a partir del
final.
También se pueden hacer actividades para desarrollar el
pensamiento lógico-matemático como secuenciar las escenas del cuento, el
material, el principio, el final, ordenar las acciones a partir de dibujos,
contar personajes, animales, objetos o hacer disparates sobre el espacio y el
tiempo. Para comprobar el nivel de comprensión se pueden realizar preguntas
sobre la historia, recordar características de los personajes o partir de las
ilustraciones para recrear de nuevo el cuento.
Podemos hacer actividades musicales como imitar a los
animales, realizar diferentes actividades plásticas como hacer un dibujo sobre
el cuento, los entornos o los personajes, inventar canciones sobre cada uno de
ellos, escuchar o buscar canciones que se puedan relacionar con diferentes momentos
del cuento y se pueden recortar secuencias del cuento y ordenarlas o hacer un
puzzle con un dibujo del relato.
Para los niños y las niñas de este tiempo, el cuento continúa
siendo un instrumento emocional y mágico en sus años de escuela. Es un recurso
claramente socializador, que dispone de una llave especial para abrir la puerta
de la lectura y de la escritura, e incluso de la convivencia y de la
tolerancia. Pero, sobre todo, su principal capacidad se basa en que todavía es
capaz de activar el aprendizaje de la lengua escrita.
No puedo dejar de comentar las posibilidades infinitas que
nos da hoy en día la unión de los cuentos y las nuevas tecnologías. No podemos
ni debemos ponernos en contra de lo que la sociedad nos ofrece, pues parece que
los portátiles, móviles y tabletas, que se han “colado” en nuestras casas y en
nuestros colegios, han venido para quedarse. Por ello tenemos que utilizar todo
lo bueno que nos ofrecen. En internet hay una infinidad de cuentos digitales e
interactivos que nos pueden servir para captar la atención de nuestros niños en
el fascinante mundo de la lectura, eso sí, sin dejar de lado los maravillosos
libros de papel que siempre estarán presentes en nuestras vidas.
Existen tres formas de contar cuentos a los niños:
-
Cuentacuentos:
Es contar un cuento/una historia sin libro. Mucha gente
confunde cuentacuentos con lectura de cuentos o con narración de libros. Hay
que tener en cuenta que en el cuentacuentos no se utilizan ilustraciones; las
únicas imágenes que el receptor ve, las crea su imaginación y ésta es,
precisamente, la mayor virtud del cuentacuentos: la capacidad de generar
imágenes en la mente del que escucha, la capacidad de desarrollar la fantasía,
la imaginación.
El maestro debe estudiar un puñado de cuentos cada año y
llegará así a poseer así un repertorio que no permitirá que se le sorprenda
desprevenido a la hora del cuento.
-
Narración
con libro:
La técnica de la narración con libro es muy parecida al
cuentacuentos, porque en realidad no se lee, sino que se cuenta, pero con el
apoyo de las imágenes. El narrador va recreando la historia a través de las
ilustraciones que muestra a los niños y va asegurándose de que se fijan en los
detalles, en los gestos, en los movimientos...
Al igual que en el cuentacuentos, debe conocer la historia de
antemano para transmitirla con sus palabras y para interactuar continuamente
con los receptores.
-
Lectura:
El narrador lee el cuento, enseñando las imágenes y se debe
tener en cuenta el volumen, la entonación, las pausas, el ritmo, etc.
Cuando un adulto lee un libro, es como un mago que conociera
un código secreto que le permite adentrarse en un mundo desconocido lleno de
personajes y de historias. Los niños desean conocer también ese código secreto
para acceder a los mundos maravillosos que se esconden detrás de las letras.
Es fundamental que el niño escuche y entienda los cuentos que
se les leen y que comparta con otros niños esa sensación de emoción,
expectación, silencio y comprensión.
Elegí la estrategia de narración con libro, al principio iba
a hacer la de lectura pero leyéndome el libro varias veces, decidí que era
mejor enseñarlo con las imágenes e ir contándolo con mis propias palabras.
Para realizar esta actividad, elegí el cuento de “Un regalo
diferente”, fue el libro que seleccioné en la primera actividad que hicimos y
me gustó tanto que decidí leérmelo otra vez y así enseñárselo a mis compañeras.
Es un cuento que considero que es a partir de los 4-5 años,
del tercer curso del 2º ciclo de Educación
Infantil porque ya pueden identificarse con los personajes. Es un libro
sobre el que se puede dialogar tras su lectura sobre temas como la amistad, el
valor material o la imaginación.
Preparación
Para la preparación del cuento lo que hice fue leérmelo
varias veces yo sola para recordarlo y luego una vez que lo hice se lo narré a
mi madre como si fueran las compañeras de clase.
También coincidió que cuidaba a mis vecinas de 3 y 6 años y
les gustó mucho, sobre todo a la mayor. Tuve mucha suerte porque así pude
ensañarlo con gente de diferente edad.
Antes de narrárselo a mis compañeras me lo leí una vez para
quitarme los nervios y recordar las imágenes que iban en cada página para que
saliese perfecto.
Taller:
El día que lo lleve a cabo, estaba un poco nerviosa, porque
empecé la primera de mi grupo. Se lo narre a 3 grupos.
Al primer grupo que se lo narre, me dijeron que lo había
hecho muy bien. Una de mis compañeras ya se lo había leído, pero la otra chica
no lo conocía y le gustó mucho. Me aconsejaron entonar más las voces y que lo hiciese un poco
más despacio que iba muy deprisa. También me recomendaron algunas preguntas
como: ¿Alguna vez habías ido a una fiesta de cumpleaños? ¿Llevasteis
regalos?...
El segundo grupo me dijo que intentase contarlo más con mis
palabras y no literalmente. Y también me sugirieron algunas preguntas como: ¿os
gustaría ser alguno de los personajes?, ¿Alguna vez os habéis sentido como
Marcel?...
Y por último el tercer grupo me comentó que lo había hecho
muy bien, pero que la próxima vez lo haga con un tono de voz más alto.
Autoevaluación:
A pesar de que ya he leído varios cuentos a niños pequeños,
nunca los había narrado. Agradezco todos los consejos de mis compañeras porque
cada uno de ellos me ha servido para
mejorar. He de decidir que me puse bastante nerviosa, sobre todo con el primer
grupo, pero poco a poco se me fue pasando y me relajé mientras lo narraba.
En los próximos cuentos que narre, haré las recomendaciones
hechas por mis compañeras para que me salga perfecto. Esto no quiere decir que
lo haya sido un fracaso, porque considero que me salió muy bien y me gustó
mucho realizarlo.
Conclusión:
Como maestros de Educación Infantil también tenemos varios
momentos a lo largo del día para contar un cuento a nuestros alumnos. Podemos
hacerlo de forma rutinaria y establecer una hora concreta todos los días (antes
de salir al patio, en la asamblea o antes de irse a casa), o podemos elegir el
momento en función de cómo se sienta el grupo. Los cuentos son muy buenos para
relajar a nuestros alumnos cuando están especialmente inquietos. Es también una
buena idea tener un objeto, como un sombrero o una varita mágica, que los niños
relacionen directamente con este
momento.
A la hora de contarles un cuento es importante dar a cada
personaje una voz, gestos y personalidad propios, para que el niño consiga
imaginar la historia que le contamos. Nosotros también tenemos que hacer el
ejercicio de imaginarla, ya que así será más creíble para ellos. Tenemos qué
poner la entonación adecuada, llevar un ritmo de narración que le mantenga
interesado e, incluso, actuar.
Escuchar historias hace a los niños más reflexivos ya que, en
ellas, encuentran un mensaje que los lleva a comprender la forma en que deben
actuar y comportarse, aprenden a escuchar con atención y a ser pacientes,
fomentamos la empatía o capacidad para ponerse en el lugar del otro.
Bibliografía:
-ttps://guarderiasyescuelasinfantiles.wordpress.com/2014/02/06/la-importancia-de-los-cuentos-en-las-clases/
- Apuntes de
literatura Infantil, curso 2º de Educación Infantil, Tema 3.La hora del cuento.